jueves, 3 de noviembre de 2011

HALLOWEEN

He observado como crece la controversia acerca de la celebración de Halloween en España y más concretamente en nuestros pueblos. Cada año son más los niños que llaman a nuestra puerta con la dichosa preguntita de "¿truco o trato?" y menos las personas que se acercan a los cementerios a presentar sus respetos a los difuntos. Cada vez se encienden menos velones rojos o mariposas en nuestras casas mientras los escaparates y nuestras casas se llenan de calabazas con terroríficas sonrisas labradas en sus cortezas. Es curioso que lo que consideramos una costumbre típicamente americana tiene su origen en la Europa precristiana donde la cultura Celta se imponía y con ella una serie de ritos y costumbres que de una manera u otra perduran hasta nuestros días. Entre ellos lo que hoy llamamos Halloween que tiene su origen en la celebración celta del Samhain que tenía lugar para conmemorar el fin de las cosechas y con ellas la llegada del nuevo año según la tradición celta. A pesar de la imposición de las tradiciones cristianas entre la población algunos de estos ritos siguieron presentes especialmente en Irlanda  de donde llego América de la mano de los emigrantes a finales del siglo XIX y principios del XX. Lo que sucede desde entonces es que esta celebración recibe una serie de influencias de otras poblaciones provenientes de todo el mundo que en esa época llegaron a Estados Unidos donde se fue imponiendo la celebración de este rito pagano frente a la celebración religiosa. Aunque parezca paradójico la palabra halloween significa la noche de todos los santos (all hallow´s eve en inglés). Lo que ocurre es que en los últimos sesenta años en los Estados Unidos se han comercializado absolutamente todos los aspectos de la vida, entre ellos las tradiciones y nosotros desde aquí se lo estamos comprando, como ya hemos hecho con  Santa Claus. No se trata de abandonar unas tradiciones por otras, las nuestras están ahí y ahí van a seguir, ojalá por muchos años, o acaso no han ocupado más espacio nuestros cementerios que las celebraciones de halloween en los informativos. Esta claro que la influencia mediática es mucha, sobre todo en las generaciones más jóvenes, pero no todo lo hace la tele, tengamos en cuenta que la celebración de halloween está tan presente en los colegios como el carnaval u otras fiestas de las"nuestras" y no solo en la clase de inglés, donde se entendería como parte de la cultura de los países anglosajones, sino en las aulas de educación infantil y primaria, donde antes se celebraba la fiesta del otoño disfrazando a los niños de árboles que pierden sus hojas y ahora se celebra halloween disfrazando a las criaturas de brujas, fantasmas, esqueletos y demás. Así que pediría un poco de autocrítica en este asunto. 
Sigamos comiéndonos nuestras castañas "tostás" y engalanando nuestros cementerios, sigamos haciendo nuestros regalos de Reyes en Reyes y aquellos que quieran incorporar los disfraces de monstruos a estas fechas pues que lo hagan y lo pasen bien, ¿o es que nunca has recibido regalos de Papa Noël?

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